25º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata: día 5



Película número 16: Ride, Rise, Roar. Trampa: la vi en la videoteca del centro de prensa. Desde el 5 de Noviembre de 2008, 24 años después de Stop Making Sense, le toca a David Hillman Curtis filmar un momento igual de activo pero distinto al del Byrne post Speaking In Tongues. El show solista deja de lado la neurosis implícita hasta en la canción más alegre de los Talking Heads, y la reemplaza por un vestuario completamente blanco, bailarines y una sonrisa todo el tiempo. No es difícil incorporar estos elementos a las canciones del disco con Eno, pero la película logró convencerme de que canciones de discos más bien pesados como Fear of Music y Remain In Light pueden pasarse por el tamiz de distintos músicos y entretener a una audiencia a la que, en su mayoría, se les pasaron los años mozos. RRR tiene el potencial para lograr poner al público de pie en el cine como la película del '84, pero las canciones de Everything That Happens Will Happen Today pueden sacarle lágrimas a cualquier ser humano con buenos recuerdos. Los intervalos entre las canciones son informativos pero en varias ocasiones atentan contra esa energía.

Película número 17: Ya viene, aguanta, riégueme, mátame/Circo. Excelente doble programa para pensar el papel de la omisión en el nuevo cine español. Así como Serra prácticamente mutila el diálogo de sus películas, potenciando el poder avasallador de sus planos, el colectivo de directores Los Hijos rehace cuatro grandes escenas del cine español en Ya viene..., pero quitándoles los personajes, y en el documental Circo, casi una hora de diálogos en francés no son subtitulados. ¡Pero qué peliculón resulta ser! Una especie de gran making of en el que una pareja de primos casados arma toda la estructura del espectáculo circense itinerante que presentan, parando una carpa enorme mientras controlan que sus hijos no hagan demasiado desorden. Las solas imágenes expresan el sacrificio de la familia de una manera mucho más clara que todas las películas sensibleras sobre los artistas a pulmón alguna vez sufridas (Pa-ra-da, por ejemplo, estuvo en la competencia internacional de 2008), y los segmentos posteriores, durante y después del show, mantienen arriba el listón de la belleza. Habiendo probado las tres retrospectivas de directores españoles, ya puedo afirmar que esta edición del festival cumplió con mis expectativas de descubrimiento. Albricias por la hermosa cordobesa que las programó.

Película número 18: Te llamaré Caddie. Habiéndola elegido meramente por su falta de ripeo en Internet, tengo que reconocer que la disfruté como lo hubiera hecho mi prima, quien se suponía me acompañaría a verla y se hubiera identificado muchísimo con la lucha eterna de la pobre Caddie para siempre poder salir a flote. Sólo las dificultades que implicaría poder pasarla por televisión distancian a esta película del prime-time de The Film Zone, pero la dirección de arte y las actuaciones cumplen con creces y, bueno, cualquiera de ustedes se puede enganchar y quedarse viéndola. Vaya este beso grande para Agustina, la Caddie a la vuelta del Ambassador que me regala los turrones Misky para aguantar todo el día.

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