Runaway (Kanye West, 2010)



Kanye West se encuentra en la cresta de la ola, haciendo lo que le gusta y expandiendo sus límites creativos. En realidad, así se encuentra siempre desde hace seis años, o más si contáramos su período exclusivo como productor.

Durante todo el 2009 intenté sin éxito escribir algunos párrafos sobre mi devoción por Kanye West (el oso de la cabecera de este blog no es otro que Dropout Bear, presente en el arte de los tres primeros discos) y mi creencia todavía firme de que Late Registration, de 2005, es el mejor disco de la década pasada, pero como muchos otros proyectos de fin de año ese texto nunca llegó a concretarse. Este cortometraje que Kanye presentó como anticipo al disco que sale a la venta en unas semanas, My Beautiful Dark Twisted Fantasy, representa varios de los aspectos sobre los cuales me hubiera gustado escribir en su momento.

No tengo mucho que decir, sin embargo: Kanye es el último genio que haya llegado a las primeras planas del mainstream. Y el único artista con la capacidad y el poder necesarios para manejarse con total libertad en un ámbito demasiado corporizado como el prime time de MTV, donde presentó mundialmente el corto. Mientras Lady Gaga emula y supera el impacto de Madonna en los '80 (aunque ninguno de los dos casos me resulte demasiado interesante), Yeezy surge con esta movida propia del mejor Michael Jackson, que naturalmente tuvo y tendrá una mayor repercusión, empujada por las redes sociales y los blogs.

El corto puede ser considerado como un musical: seguimos la historia de amor de Kanye con la mujer-fénix, y en cada escena podemos escuchar una canción que formará parte del disco, junto a muy pocos diálogos. Todo esto, atravesado por la obsesión estética de Kanye, siempre expresada en los posts de su blog (actualmente no disponibles y reemplazados por una página con todos sus trabajos actuales). Esta dirección artística no es otra cosa que la culminación de la metamorfosis conceptual que West produjo en el Hip-Hop: el MC del momento, lejos de las Adidas, el pollo frito o cualquier estereotipo de otros períodos del género, admira mobiliarios europeos y usa bailarinas de ballet para presentar un single en MTV y Saturday Night Live. Como a cada disco, Kanye busca un nuevo plano musical, ahora en canciones con predominio de sampleos vocales distribuidos con más anarquía (secuela de la colaboración con Daft Punk para Graduation, quizá), y junto a artistas como Pusha T, Justin Vernon y la tremenda Nicki Minaj.



A quien quiera conocer todos los proyectos en los que Kanye West está involucrado actualmente, le recomiendo esta guía del blog Consequence of Sound. Monster, impresionante canción, se encontraba entre los tracks gratuitos que lanza cada viernes, pero como formará parte del disco se quitó del sitio oficial y ahora se vende por iTunes. Una vuelta por The Hype Machine soluciona esta cuestión.

1 comentario:

Juan Martínez dijo...

¡Raúl de la Torre reencarnó en el Kanye "cineasta"! El disco va a ser, sin duda, genial, pero eso es EL HORROR.