James Ferraro - Night Dolls With Hairspray




Con varios meses de retraso llego a este álbum que indudablemente se posiciona entre mis favoritos del año pasado. Lo de Ferraro en Night Dolls... es definitivo para la ola de artistas con grabaciones caseras: es poco probable que algo suene más andrógino, perturbador y como Beavis and Butt-head grabado en VHS que esto.

La obvia referencia a la manera en que el sonido es grabado viene de la mano de Ariel Pink antes de Before Today, y el aluvión de artistas y bandas de Chillwave y afines que fueron influenciados (en esta reseña en español se menciona, con mejor tino, al Hypnagogic Pop). La cuestión es que el guiño hacia la cultura ochentosa/noventosa es dudoso en el caso de Pink, porque suele meterse con estilos musicales más antiguos; y meramente evocativo si habláramos del artista Chillwave o Lo-Fi estándar. Para Ferraro, en cambio, 1990 es el presente, y MTV, el cine clase B y el cómic irónico son las principales fuentes culturales de la juventud. Las letras hablan de nerds, freaks y amantes del cuero en un contexto en el que evidentemente no pueden conectarse a un foro de pervertidos a sentirse contenidos.

Por otra parte, es necesario abarcar la parte musical del disco desde lo que pareció un asunto de interés nacional: Jackass 3D mediante, la celebración de lo extravagante, repugnante, adolescente y convencionalmente asqueroso recibió una desaprobación enorme de una parte de la crítica y de los espectadores argentinos. Y llevo la cuestión hacia este lado para preguntar cómo se defiende a un disco como Night Dolls..., qué virtudes pueden mencionársele a un principiante. De trasfondo está la necesidad de comenzar a reseñar discos con algo más que un par de adjetivos conocidos por una parte de los lectores y el link para comprarlo, pero es algo que se merece un post aparte.

¿Ferraro posa con el sonido? ¿El Lo-Fi es una búsqueda auténtica o un piloto automático? ¿Disfrutamos de la música o nos masturbamos sobre el concepto?

No entender prácticamente ninguna de las letras no es un parámetro, porque en ese sentido debería prohibirme escuchar a The Streets. Justificar el resto del disco parece más simple: hay instrumentos, sampleos y voz. Los instrumentos que se escuchan suenan perfectamente ejecutados, y sus búsquedas melódicas son complejas pero exitosas. Los sampleos son múltiples y se integran al concepto retro del disco, y la voz es una referencia muy osada al falsetto Glam (piensen que Ferraro rara vez suelta un tono grave en todo el disco). La pregunta del millón es si este disco pudo no haber sido Lo-Fi... Sí, totalmente, aunque no hubiera sido fiel al universo del disco. El Lo-Fi para Ferraro es una elección y un terreno que escarbar, que paradójicamente se da entre la transición de artistas como Ariel Pink y Toro y Moi a una mejor calidad de sonido, aunque a esta altura de la Internet nunca se puede decir que un estilo está gastado, y siempre queda un Bandcamp más por descubrir. Tomarse en serio este disco es cagarse de risa.

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