El fiasco del rapper gay (el rapper feliz)



Seguro que hace años hubiera sido impensable que una figura bien conocida del Hip-Hop sacara un disco con ese título, vendiéndolo por iTunes y a la vez regalándolo por Twitter. También me resultó una acción muy valorable por parte de Lil B al momento de su anuncio, y del lanzamiento mismo del álbum. Pocos días después de la aparición de I'm Gay (me rehúso a quitarle el apóstrofe y a agregarle el happy aclaratorio), tanto cualquier impacto que Lil B haya buscado provocar, como la importancia misma del disco en el género, parecen haberse desvanecido en el acto.

Son años propicios para que eso pase: para los tiempos de un blogger, pierde importancia comentar conceptos sobre cualquier disco una semana después de su lanzamiento, sobre todo con un texto de varios párrafos y sin un mp3 que presentar. I'm Gay quedó bajo la alfombra del buzz un poco por estas mecánicas actuales, y otro tanto por la irrelevancia de un disco y una declaración para las que Lil B no estaba realmente preparado. Brandon McCartney tiene 20 años, miles -y miles- de canciones subidas a Internet, una actitud tan naive como agresiva y una obsesión diaria por figurar en Internet, rebloggear y retweetear las alabanzas y fotos de chicas que recibe y mandar saludos a los fans y los blogs musicales que lo mencionen. Una movida como la de I'm Gay estaba al caer: a diferencia de la explotación crónica del shock de la gran mayoría de imbéciles en Odd Future, Lil B despunta como un anfitrión amable y excéntrico en su propio mundo, con una calidez y cursilería que alcanzan una mayor relevancia que los excesos que cometa en cualquier track escondido que pueda ofender a algún oyente. Escuchar a Lil B en un gran porcentaje de las ocasiones resulta ser un acto cómico, alegre e integrador, que apunta y derriba la clásica figura magnánima, misógina y estúpida del MC, en la que McCartney pudo haber caido varias veces, pero no las suficientes como para desmentir que él se encuentre por delante de ese personaje.


Entre el anuncio del disco y su lanzamiento, Lil B se cansó de aclarar que es heterosexual, que el título no es irónico y que como un hombre feliz el sí se siente gay, agregando la aclaración al nombre del álbum. Y esa no es justamente la mejor manera de defender una declaración pensada para quebrar barreras sexuales en un género minado para tal fin, una declaración por la que justamente Lil B se cansó de comentar que recibió amenazas de muerte. La moderación ridícula en la que cayó el concepto del disco (no muy apegado además, a las letras y los temas de las canciones), terminó por minimizar su importancia discursiva, su efecto y su papel en hacer del Hip-Hop un género más universal, dejando en completo off-side a un grupo de canciones que pueden ser las que Lil B haya agrupado con más coherencia entre las miles que grabó en su corta carrera, pero que ciertamente se encuentran en estándares menores para lo que el Hip-Hop puede dar.

Como su primer acercamiento al Conscious-Rap, I'm Gay muestra al típico personaje de las canciones de Lil B, enfrentado a las realidades universales que van más allá de figuras estadounidenses del espectáculo, estar basado en alguna parte del mundo y tener swag. Es muy bueno que el Based God haya finalmente salido a ver el estado de las cosas, pero lamentablemente el registro de la situación "allá afuera" sigue siendo tan torpe y básico como aquel que todas estas canciones vinieron haciendo sobre la burbuja mental en la que está Lil B. "The people die for a piece of paper/It's so stupid", descubre el rapper en Unchain Me, lo cual es una realidad innegable descubierta hace decenas de años por otros MCs.


No estoy condenando a todo el disco y su gestación a que hayan sido en vano, ni mucho menos pienso que no sea una producción al menos aceptable, a la que le vaya tomando incluso más gusto a lo largo del año. Sólo creo en la intención inicial por parte de Lil B de hacer un movimiento polémico y que quiebre barreras, una declaración que McCartney suavizó demasiado en muy poco tiempo, quizá el mismo lapso en el que tardó en grabar nuevas canciones, originales y simpáticas pero que nunca llegan a superarse en calidad.

Antony Fantano de The Needle Drop se tomó su buen tiempo para analizar el disco, la figura de Lil B, la carrera eterna por el impacto en los blogs y lo genuino y honesto en el título. Disiento firmemente en que todo haya sido una mera movida de marketing, pero el resto de los puntos concuerdan e influyen bastante en mi punto de vista.

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