Quedan los artistas




Mediante la tarjeta de un amigo ayer doné dos dólares a Universal Studios Florida, una banda de Seattle que sufrió el robo de muchos de los equipos de la sala en la que ensayan. A cambio de los diez pesos argentinos que gasté obtuve dos canciones de The Spray, el disco que están por editar, en el formato digital que yo quise. La página a través de la cual mi amigo hizo efectiva la donación es el Bandcamp de la banda. Les había hablado de este servicio cuando les conté que Sufjan Stevens subió un disco en su Bandcamp, no tuvo que gastar absolutamente nada para poder publicar las canciones online, y con el impacto en Internet y la posibilidad que le da Bandcamp de ponerle el precio que quiera a su trabajo, pudo vender el EP al módico precio de 5 dólares, y dedicarse tranquilo a juntar la plata. La idea y el atractivo de Bandcamp es el de estar en una feria interminable de artistas independientes (o no), que necesitan difusión y alguna ayuda económica, ofreciendo al menos material para escuchar online, y que hagamos un gasto, digamos, más consciente y sentido en la música que escuchamos.


El logo que ven abajo es el de Kickstarter, de una modalidad parecida a la de Bandcamp, pero abierta a proyectos periodísticos, artísticos o tecnológicos que necesiten una suma de dinero para concretarse: se establece la meta económica -de la cual el sitio se quedaría con el 5%-, un plazo para alcanzarla y se reciben las donaciones. Además, los usuarios que presentan sus proyectos establecen una serie de regalos a los donantes, según la suma que hayan aportado.


Muchísimos bloggers y administradores de sitios también reciben donaciones, o venden distintos productos para sostenerse: Daytrotter ofrece sus sesiones en formato lossless en precios que van desde los dos dólares, NYC Taper, que continuamente graba ad honorem recitales de distintas bandas en New York, recibe donaciones a través de PayPal, y hasta Argenteam acepta pagos por Internet o centros como PagoFácil y Rapipago.

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