Hospital de Día


En el marco del Marfici, ayer se proyectó este documental en un doble programa, que incluía además un documental holandés, Photo & Copyright by G.P. Fieret. Hospital de Día resultó una grata sorpresa, en su forma de tratar una cuestión generalmente utilizada para impactar al público, y más habiendo visto que la holandesa cae en todos los errores que HDD evita con estilo. Su director, Nicolás Savignone, fue residente en psiquiatría del hospital Álvarez, y en HDD realiza un recorrido por distintos lugares de la institución, donde Fernando, uno de los internos, se encuentra con varios de sus compañeros, intercalando secuencias de ficción con consultas sobre el tratamiento y charlas existenciales. Savignone accedió amablemente a unas preguntas por mail.

Volantes de Privados: ¿A Fernando lo conocés de tu período de trabajo en el hospital? ¿Desde el comienzo del proyecto decidiste que fuera el hilo conductor del documental?

Nicolás Savignone: A Fernando lo conozco en el momento que me acerqué al hospital con la idea de hacer la película.  Yo trabajé en el servicio de hospital de día en el hospital Álvarez durante tres años en el transcurso de mi residencia en psiquiatría, pero Fernando en ese momento no estaba. Después de tres años volví al hospital con ganas de hacer la película y fue cuando conocí a todos ellos. En un principio me incluí en un dispositivo ya armado, un taller de teatro; después fui abriendo un poco el juego y empezamos a armar la película entre todos. Fernando fue un protagonista natural, ese fue su rol desde un comienzo. 

VdP: Creo que el documental tiene dos grandes atractivos. El primero es que esquiva totalmente crear cualquier tipo de clima o pico emocional sobre las conversaciones entre los internos del hospital, o sobre la cuestión misma de los transtornos mentales. El segundo es que, desde ese punto, lograste que las conversaciones sean el centro de cada escena, y que uno pueda introducirse sin ningún reparo o preconcepto respecto a las cuestiones que se tratan, o que se condicionen las opiniones de los internos por su condición. En ese sentido, me vino a la cabeza inmediatamente el final de Aquel Querido Mes de Agosto, donde el equipo de filmación parte de hablar de un problema de sonido para terminar en una conversación totalmente anárquica en los temas que se tratan. Digo, pudiste armar una gran película de diálogos desde el lugar en que muchos se dedican a dar un mensaje ramplón. ¿Coincidís con mi apreciación? ¿Era tu intención lograr esto?

NS: Me alegra mucho poder escuchar estas palabras porque significa que parte de lo que queríamos transmitir se logró. Nuestra intención era centrarnos en los personajes, que realmente ellos contaran lo que quisiesen. Como habrás visto, a pesar de que el hospital estaba lleno de profesionales la cámara no muestra a ninguno. Lo importante era que la presencia de ellos cope la pantalla, que no hubieran mediadores ni tampoco nadie que represente algún tipo de parámetro de normalidad; así el espectador no tiene otro remedio que escucharlos y a medida que avanza la película uno los empieza a querer. Creo que de este modo se logra abordar el problema desde lo humano, dejando de lado todo tipo de clasificaciones y prejuicios, que al cine que deseo hacer no le interesan.

VdP: Otro aspecto que salta a la vista -y espero que hayas visto Aquel Querido Mes de Agosto, porque recurro nuevamente a ella...- es la conciencia, al menos de Fernando, sobre el cruce de los roles ficcionales que cumplen los internos (por ejemplo, en la escena del falso terapeuta) con los testimonios que se documentan, y del producto cinematográfico que están haciendo con su aparición. La escena de la duda sobre si la película será estilo La Colifata es genial.

NS: Sí, la idea de ser conciente del proceso de filmación estuvo siempre presente, de que algunos íbamos a actuar y otros no. Hay escenas en donde se ven las sombras de los micrófonos o atrás en donde se habla de que estamos filmando o "¿Qué cosa estamos filmando?" Hablamos mucho sobre cine y a la vez estábamos haciendo cine.

VdP: Para terminar, quisiera que vos mismo definas qué películas o directores influyeron en Hospital de Día, y que me cuentes si estás en algún proyecto nuevo.

NS: Antes de hacer Hospital de Día vi mucho material sobre el tema; Desde Depardon: San Clemente y Urgencias, Pedro Costa: No Quarto da Vanda, hasta películas como Close-Up de Kiarostami. Me gusta mucho el trabajo documental de Sokurov, aunque Hospital de Día es muy distinto fue unos de los que me inspiro a hacer documental, también Marker, Kramer y fundamentalmente Jean Rouch. En lo nacional puedo nombrar a Carmen Guarini, Hernan Khourian y Céspedes entre otros.

Actualmente estoy trabajando en varios proyectos, pero el fundamental es el guión de un largometraje de ficción que se centra en la obsesión de un artista por la vanguardia. Estoy en la etapa de desarrollo de guión con ganas de filmarlo el año próximo. 

Hospital de Día se proyecta el sábado 15 a las 20, en la sala Corrientes 1, con el documental holandés que es malísimo. Espero que lo pongan segundo.

2 comentarios:

Estrella dijo...

Habrá que verla.
Y me quedo intrigada con eso de la obsesión por la vanguardia...
Saludos!

equidna dijo...

Vi el documental sobre Klaus, ejemplo de "bajista con bajo perfil" recorriendo las ciudades en las que vivió (Hamburgo, Londres, Los Angeles)y visitando ex compinches de bandas. All you need is Klaus se llama. Todo gracias a ud Jotafrisco, que avisó del festival.