25º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata: notas personales



- Blues del periodista/blogger marplatense: confirmación de la acreditación cinco días antes, y algún caso ajeno de desconocimiento de la solicitud por parte de la organización. Suponiendo que los primeros avisos se dieron a periodistas de otras ciudades, que deben tramitar viajes y estadías, por esta vez se perdonan la demora y los días de sufrimiento e incógnita.

- Sorprendentemente, no siento tal incógnita a la hora de imaginar el festival que se viene. La gestión de Martínez Suárez parece encaminarse a la continuidad y a la formación de ese "perfil" que Mazure evocaba vacilando en una entrevista de El Amante. La programación tiene títulos atractivos en todos los frentes, el cine móvil y las actividades paralelas harán una buena labor y la publicidad gráfica está donde debe. Más blues: quizá para alguna edición llegue el momento en el cual la completa organización de la muestra dependa de cabezas marplatenses, pero eso, por ahora, me parece que sería pedir demasiado.

- No habrá chismes de ceremonias: vienen amigos de otras ciudades y se volverán pronto. Hacerle caso al chiste de mi madre y regalarle la entrada al acto inaugural podría traer alguna sorpresa, se evaluará concretar la travesura.

- Consejos para acreditados: el que se pierde la función competitiva de las 9 en el Auditorium llega a la misma hora a la sala de prensa en el Hotel Provincial, asegurándose entradas para cualquier película de la jornada. A la hora de pedir estas entradas (que si no me equivoco serán dos por día), priorizar las de funciones en los cines del Paseo Diagonal, los de menor capacidad. En la grilla de horarios verán publicidad de algunos locales gastronómicos que les ofrecen descuentos, presentando la acreditación.

- Consejos para el público en general: hacer el cálculo de cuántas películas podrían llegar a ver, considerar la posiblidad de comprar la acreditación y leer el ítem anterior. Si no, aprovechar funciones en el complejo Ambassador, salas 2, 3 y 4: secciones paralelas en cines grandes. Evitar las salas pequeñas del Paseo Diagonal, y la incomodidad que implica el teatro Auditorium, la sala más lejana y llena de jubilados que interrumpen el triatlón festivalero de caminar, comer y sentarse a ver.

- Como aconsejara Diego Lerer hace un tiempo, pero para el BAFICI: evitar películas de estreno próximo en salas nacionales, evitar películas disponibles en Internet.

- Lean mis tweets (desde mañana otro widget se sumará al costado) y reseñas, cuenten a qué funciones van, vayamos a tomar algo entre películas. El local de Guaymallén, ubicado en Buenos Aires entre Rivadavia y San Martín, tiene alfajores y gaseosas a precios triunfales para atravesar la jornada.

No hay comentarios: